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¿Por qué abandonamos nuestros buenos hábitos?

¿Por qué abandonamos nuestros buenos hábitos?

Seguramente te ha pasado, como me ha pasado a mí algunas veces, que deseas instaurar algún o algunos nuevos hábitos en tu vida y ves que te resulta muy difícil mantenerlos. Y sí, es muy frecuente fallar, comenzar con mucho entusiasmo y tiempo después abandonar y dejar todo atrás. Nos sentimos que no lo vamos a lograr y dejamos de intentarlo. 

Por mi experiencia trabajando con muchas mujeres que son clientes de mis programas y con las chicas que han tomado el curso de La magia de los hábitos, así como lo que yo misma lo he experimentado, he podido identificar ocho puntos que considero son las principales razones por las que no conservamos nuestros buenos hábitos.

¿Mantener los hábitos es difícil?

¿Realmente es difícil mantener los hábitos que nos proponemos en nuestra vida? ¿Es posible hacerlo sin dificultades o siempre será una labor titánica que requiere de muchísimo esfuerzo y sacrificio?

Mi respuesta es no. Es cierto que hay varios factores que influyen en que fallemos en el proceso y queramos desistir de la idea de tener buenos hábitos. Esto sucede, básicamente, porque adoptar nuevos hábitos trae un componente de resistencia natural.

Por eso quiero hablarte de cuáles son esos ocho puntos y cómo podemos darle un enfoque poderoso para que no sean un obstáculo en el mantenimiento de tus hábitos y logres cumplir tus objetivos.

 

  1. No eres tú, es tu cerebro: ¿Sabías que el 95 % de las cosas que hacemos durante el día se dan de forma automática? Así es, lo dice la ciencia en muchos estudios que se han hecho del tema. Cosas como respirar, el latir de tu corazón, levantarte y hacer todo lo que normalmente haces en tu día a día, están ya programadas en tu sistema, no es posible controlarlas. Esto quiere decir que básicamente podemos controlar y decidir únicamente sobre el 5% de nuestras acciones en el día, que vienen de la corteza prefrontal de nuestro cerebro y son las acciones que tomamos a conciencia. 

 

Enfoque poderoso: Entender que así funciona nuestro cerebro de manera natural, nos invita a tener compasión por nosotras mismas durante el proceso, con un 5% controlable dentro de todo lo que hacemos en un día es completamente normal que, al intentar hacer algo nuevo sea muy fácil desviarnos, pues para el cerebro tomar esas decisiones no fluye de manera tan natural.

 

  1. La vida cambia. Entre mis clientas que van muy bien con cierto hábito y manteniéndolo con mucha disciplina, ha sido común que después de un tiempo y sin razón aparente lo abandonen sin tener muy claro el porqué. Al indagar con ellas cuál puede haber sido la causa, la conclusión generalmente es que sus vidas han cambiado, ya sea porque tuvieron un bebé, cambiaron de casa, emigraron a otro país o perdieron un ser querido. Sus condiciones de vida y la dinámica del día a día cambiaron. La razón detrás de todo esto y de haber dejado sus hábitos, es que no se tomaron el tiempo para readaptar sus hábitos a su nuevo estilo de vida. 

 

Enfoque poderoso: Analizar qué cambió en tu vida que hizo que abandonaras tus hábitos. Si ya antes has sido disciplinada, ¿qué ha ocurrido?, ¿qué ha sido una novedad que te ha hecho cambiar tu estilo de vida? Luego de identificar los cambios, busca la manera de que en esa nueva adaptación puedas encajar los hábitos que deseas mantener.

 

  1. Sentirnos culpables al ponernos como prioridad. Cuando se trata de los hábitos que nos hacen bien y que se relacionan con querernos a nosotras mismas, sentimos que estos no son prioridad. Frente a una emergencia en nuestra vida familiar nos enfocamos en quienes nos necesitan, hijos o pareja, y le restamos importancia a nuestros hábitos de amor propio. Empezamos a sentirnos culpables de dedicarnos tiempo a nosotras cuando hay tantas otras cosas por hacer y empezamos a aplazarnos. Cada día ocurre algo nuevo y dejamos pasar nuestros hábitos, sin darnos cuenta que estamos instaurando un nuevo hábito, el de no cuidarnos, porque lo que realmente se convierte en hábito es lo que repitamos mayor número de veces durante el día o la semana.

 

Enfoque poderoso: Ser conscientes que somos nuestra prioridad y que cuidar de nosotras mismas nos permite darnos mejor a los otros. Centrarnos en lo que sabemos que es importante, sin excusas, repitiendo el buen hábito la mayor cantidad de veces posible.

 

  1. Tener una mentalidad de todo o nada. Cuando decidimos crear nuevos hábitos, especialmente cuando estamos comenzando, tendemos a escoger una larga lista de cosas que  desde el primer intento queremos hacer de manera perfecta. Es posible que lo logremos por unas semanas o un par de meses, pero si alguno de los días no se logra, sentimos que ya hemos fallado y no vale la pena seguir, porque si no es perfecto siempre, entonces no sirve. La verdadera falla aquí es haber generado expectativas tan altas, sin tener en cuenta que solamente controlamos un 5% de nuestras acciones y si queremos hacer muchas cosas bien en un mismo día, ese 5% será insuficiente y el cerebro vuelve a entrar en automático, porque es imposible tomar tantas decisiones distintas durante el día.

 

Enfoque poderoso:  Entender que es mucho mejor un par de días bien que ninguno, dejar de castigarte por lo que hiciste mal y enfocarte en felicitarte por lo que sí hiciste. Esto te va a empoderar para continuar.

 

  1. Falta de seguimiento, no llevar un tracker. Llevar un tracker es una parte fundamental de la metodología de la Magia de los hábitos. (Link ) La mayoría de mujeres con las que trabajo se sorprenden al revisar su tracker y darse cuenta de que no están tan mal como pensaban. O aquellas que deben mejorar, se empoderan más porque saben que son capaces de lograr muchísimo y no lo habían notado. La importancia de hacer ese seguimiento es justamente darse cuenta dónde hay que mejorar. El tracker también tiene un efecto de recompensa, que es la generación de dopamina, hormonas de felicidad que nos motivan a querer llenarlo con registros de lo que estamos haciendo bien. Aunque también puede pasar lo contrario, que olvidemos llenarlo por un tiempo y sentir que ya se perdió todo. Si se nos olvida llenar el tracker no pasa nada, ese también es un hábito a instaurar.

 

Enfoque poderoso: Hacer seguimiento real de los hábitos para saber cómo lo estás haciendo de bien o mal, recordando que lo que no se mide no se puede mejorar.

 

  1. No tener un para qué claro y sólido. Muchas veces nos ponemos metas sin tener en cuenta de qué forma queremos sentirnos en nuestra vida, lo hacemos simplemente porque sentimos que debemos hacerlo, sin un enfoque en qué sentido de bienestar queremos traer a nuestra vida. Al no tener un para qué suficientemente fuerte, que encontremos lógico,  realmente necesario o que sea un deseo real del corazón, se hace muy difícil vencer la resistencia que naturalmente implica crear cualquier nuevo hábito. En mi experiencia de vida me he encontrado muchas veces queriendo iniciar un nuevo hábito por algo que considero que debo aprender, pero solo cuando veo que trae beneficios y contribuye a mejorar mi estilo de vida es que realmente logro instaurarlo con facilidad.

 

Enfoque poderoso: Conectar el hábito con un deseo de tu corazón y un para qué verdaderamente poderoso para tu vida.

 

  1. No tener la mentalidad correcta. He conocido muchos casos de mujeres que son muy constantes en sus hábitos y sin embargo no logran tener los resultados que desean. He podido identificar que aquí lo que pasa es que no se sienten satisfechas con el trabajo que están haciendo, a pesar de estar siendo constantes. No se toman el tiempo de apreciar lo que sí están haciendo bien o los pequeños avances que están logrando, porque se han enfocado solo en el resultado deseado que todavía no han logrado. Solemos decir que vamos a tener éxito si somos constantes, pero podemos cansarnos de que el resultado no llegue y renunciar. 

 

Enfoque poderoso: Ser capaz de conectar la constancia con la apreciación de los avances que se van logrando. No esperar a que llegue el éxito final para sentirse satisfechos, sino sentirse satisfecho con cada avance.

 

  1. No estar presentes. Es muy común que vivamos nuestros días en piloto automático con nuestro 95% de cerebro. Al no tener consciencia de nosotros mismos no identificamos cuando llegan cambios en nuestra vida, en nuestra rutina o qué tan bien o mal estamos haciendo las cosas, llegando a ser constantemente un motivo para abandonar nuestros nuevos hábitos. Cuando empezamos a entrenar nuestra habilidad de estar conscientes, de estar presentes, empezamos a tomar mejores decisiones, empezamos a usar nuestro 5% de mejor forma, lo que además nos hace más productivas.

 

Enfoque poderoso: Desarrollar la habilidad de estar presentes. El hábito maestro con el que podemos entrenar esa habilidad es la meditación.

 

Conclusión

Instaurar nuevos hábitos no es difícil ni mucho menos imposible si tenemos en cuenta los motivos por los que podemos fallar para enfocarnos adecuadamente. Es muy importante acompañar el proceso con compasión, dando importancia al autocuidado, siendo conscientes de los ajustes necesarios cuando nuestra rutina cambie, tener un propósito conectado a nuestro corazón, evitar las grandes expectativas, disfrutar el proceso y los pequeños y grandes logros, hacer seguimiento y ajustes cuando es necesario y cultivar la habilidad de estar conscientes y presentes. 

¿Identificas alguno de estos puntos en ti? Comparte en los comentarios, me encantaría leerte.

Si te gustaría escuchar ejemplos de estos ocho puntos, te invito a escuchar el episodio del podcast  donde explico más ampliamente el tema, con ejemplos reales de mi vida y el día a día.

Recuerda: para introducir nuevos hábitos en nuestra vida es fundamental tener presente la disciplina flexible, un concepto vital en la metodología de La magia de los hábitos.

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